El Salvador: un país con modernización, pero sin modernidad

El Salvador es un país que se autonombra moderno. Contamos con grandes centros comerciales, grandes hoteles, se nos exige estar a la vanguardia con la tecnología. Nuestra moneda nacional es el dólar. Nuestro segundo idioma es el inglés. En fin, es un país pequeño con grandes niveles de “modernización (al menos para el imaginario de nuestros dirigentes y en el discurso oficial). Incluso, Antonio Saca, presidente de este país, hace gala de lo siguiente: “El Salvador, un país de oportunidades”.

La pregunta es para quién o quienes son esas oportunidades y hacia que sectores están dirigidas. Por qué la gran mayoría de la población salvadoreña no vivimos la modernidad, ni experimentamos esas oportunidades. Por qué tantos salvadoreños y salvadoreñas salen del país en busca del sueño americano o europeo. Por qué arriesgan sus vidas, dejan a sus seres queridos y no le apuestan a estudiar y a superarse acá.

Si vivimos en un país lleno de oportunidades, por qué no se le apuesta a la educación, a la salud, al cuido del medio ambiente, o buenas ofertas laborales. Considero que en nuestro país sólo se le ha apostado al desarrollo infraestructural y no al desarrollo humano. En El Salvador se construyen grandes carreteras, centro de comercio muy sofisticados y de prestigio, lugares turísticos. Pero no se construyen escuelas con condiciones dignas y adecuadas para el aprendizaje. Tampoco se construyen bibliotecas. Los mandatarios de gobierno, e incluso el presidente mismo, no brindan soluciones concretas o por lo menos dignas y justas para las abundantes crisis que vivimos en este país.